Culto al Señor de la Misericordia
La venerada imagen del Señor de la Misericordia
La representación popular del Señor de la Misericordia de Ocotlán es una antiquísima imagen de madera que actualmente se venera en el altar mayor del Santuario del Señor de la Misericordia.
La escultura fue fabricada entre 1870 y 1871, se le concedió la dicha al artista potosino Antonio Robledo quien puso su mayor empeño en esculpir en madera de colorín la imagen del Señor de la Misericordia aparecido en 1847. Este trabajo se logró principalmente a los testimonios de testigos y a la pintura original.
La taumaturga imagen de Jesucristo, bajo la advocación del Señor de la Misericordia de Ocotlán, fue entronizada solemnemente en su templo el 29 de septiembre de 1871 y la coronación diocesana simbólica se llevó a cabo el 3 de octubre de 1936.
La efigie en madera es de tamaño natural, su cara da compasión y esta inclinada un poco hacia la derecha, además de tener los ojos y boca poco abiertos que dan el aspecto de agonía. Su pierna derecha se encuentra sobre la izquierda. La imagen está sostenida en una cruz de cedro, por tres clavos en forma de flor, que sirven de relicarios. Sobre la cruz un letrero con las letras de "INRI". A la imagen se le coloca una cabellera natural, una corona de espinas con tres potencias y finos cendales.
La imagen original
La primitiva representación popular del Señor de la Misericordia es una pintura conocida como “la imagen original”, es un pequeño boceto de no más de sesenta centímetros, elaborada por el artista J. Miguel Castañeda en 1848, basado en un bosquejo que fue trazado durante el milagro de la aparición el 3 de octubre de 1847.
Esta pintura fue hecha con el fin de presentársele al señor Arzobispo de Guadalajara Diego Aranda en una visita pastoral a Atotonilco el Alto.
Actualmente es propiedad particular.
Otras imágenes
Se habla que la primera escultura que sirvió como referencia al milagro, es una antiquísima imagen de Cristo crucificado del siglo XVII, perfilado en pasta de caña de maíz. Antes del acontecimiento del Prodigio estuvo ubicada en la sacristía del templo parroquial.
Este Cristo desempeñó por muchos años el título de imagen peregrina hasta 2011, y se le atribuye el milagro del reverdecimiento de una corona de espinas natural, que, según estudios de la Universidad de Guadalajara, era imposible que una planta en estado de necrosis volviera a reverdecer después de más de una década de haber sido cercenada de su raíz.