El Milagro de la Aparición del Señor de la Misericordia

La Expiación

La prodigiosa aparición del Señor de la Misericordia tiene como antecedente histórico un fuerte sismo que redujo a escombros la población de Ocotlán Jalisco.

 

Era el sábado 2 de octubre de 1847, como a eso de las siete de la mañana un sismo de ocho grados sacudió la región, teniendo como epicentro esta localidad, más tarde como a eso de las nueve de la mañana una réplica termino por destruir los edificios de la población, incluyendo el templo parroquial de Santiago Apóstol. Se contabilizaron más de cincuenta muertos y miles de damnificados. 

 

De este lamentable suceso solo se mantuvieron de pie la antigua capilla de La Purísima y la hacienda de la familia Castellanos.

El Prodigio

Apenas se cumplían veinticuatro horas de la desgracia, era la mañana del domingo 3 de octubre de 1847, día de precepto, por tanto, más de dos mil fieles se congregaron en el atrio o camposanto de la Capilla de la Purísima para participar de la Santa Misa, cuando de pronto, al noroeste del cielo de Ocotlán, en un cielo de azul purísimo aparece una nube blanca reluciente y al centro de ella la efigie perfecta de Jesucristo Crucificado, al que los presentes clamaron misericordia.

 

Este milagro de la aparición trascurrió por más de treinta minutos, y de él fueron testigos más de dos mil feligreses, entre ellos dos sacerdotes y el alcalde. 

 

 

 

 

 

 

“Negar un hecho extraordinario, humanamente hablando, pero posible y necesario en el orden sobrenatural es orillarnos a la negación de los milagros, exponer al espíritu al frio y desalentador escepticismo y para decirlo de una vez, contentar al ateo en su loca y delictuosa incredulidad…” J. Reyes Zavala, 1897.


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